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El equinoccio MAYA descenso del dios kukulkan



EL EQUINOCCIO MAYA


Los mayas tenían dos calendarios: el Tzolkín o sagrado y el Haab o civil. A cada día del calendario Tzolkín, le corresponde uno del calendario Haab, esta combinación se conocía como la "fecha de la rueda calendárica". 

Esta determinaba los días festivos, como el descenso del dios Kukulcán, en el Castillo de Chichén Itzá, en Yucatán. (fenómeno conocido como el equinoccio que se lleva a cabo dos veces al año: en la primavera, el 21 de marzo y el 23 de septiembre en otoño)

Un equinoccio es cualquiera de los dos momentos en el año en los que el sol se coloca exactamente por encima del ecuador y la longitud del día y de la noche son exactamente la misma. 

El equinoccio de primavera, que en el hemisferio occidental coincide con el comienzo de la estación del mismo nombre, ocurre alrededor del 21 de marzo, cuando el sol se mueve hacia el norte sobre la línea del ecuador. El equinoccio de otoño ocurre alrededor del 23 de septiembre, cuando el sol curza el plano del ecuador en su movimiento hacia el sur.

Debido a los ajustes de fechas por las duraciones distintas de los años (a lo cual se debe la inserción de años bisiestos), la hora exacta del equinoccio varía cada año.

Descenso de Kukulcán en Chichén Itzá

Al atardecer de los días 21 de marzo y 22 de septiembre, días del inicio de los equinoccios de primavera y otoño respectivamente, se observa en la escalera norte del Castillo de Chichén Itzá, una proyección solar serpentina, consistente en siete triángulos de luz, invertidos, como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas de ese edificio, al ponerse el sol.

En Chichén Itzá el fenómeno se ve en todo su esplendor y la imagen de la serpiente de triángulos de luz y sombra desciende majestuosa por la alfarda noroeste del Castillo.

Para empezar, las primeras sombras de los cuerpos superiores de la pirámide comienzan a dibujar los triángulos isósceles que conforman el cuerpo de la serpiente emplumada. Paulatinamente la sombra va avanzando hacia la cabeza en forma de serpiente ubicada en la parte baja de la alfarda.

Por fin, el último de los triángulos toca la base de la alfarda. Los espectadores se ponen de pie y levantan las manos al cielo para “absorber toda la energía positiva” que se cree emana este fenómeno.

Poco después comienza a disiparse la figura de Kukulcán para poner fin a un proceso que dura aproximadamente 45 minutos, desde su inicio hasta su culminación.

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